Caza, pesca, naturaleza y vida

18 julio 2007

El duende de la sabana, el Dik Dik.


Al igual que el Marco Polo, esta otra especie es también cuando menos rara, aunque bastante mas famosa que la anterior por lo menos en su lugar de origen, el continente africano. Es un codiciado trofeo para cualquiera que se atreva a hacer un safari ya que la dificultad a la hora de encontrarlo es máxima dado su pequeño tamaño y su extramado sigilo a la hora de moverse por bosques absolutamente impenetrables para antílopes de mayor tamaño. Como pasa en la mayoría de las especie del reino animal, los machos tienen cuernos, unos cuernos muy reducidos acorde con el tamaño del cuerpo y las hembras carecen de los mismos, siendo esta última de mayor tamaño que los machos. Existen 3 razas distintas de Dik Dik y a simple vista las diferencias son escasas, tan solo el tamaño y el peso podría valernos para diferenciar una de las otras. Es en las regiones de Somalia y Etiopia donde mas abunda. Este hermoso animal tiene desde mi punto de vista un increible parecido a nuestro corzo. Por supuesto no en morfología, fisiología u origen pero si en otros aspectos. Nuestro corzo es tambien conocido como el duende del bosque, animal asustadizo, de escaso tamaño, que tan solo resulta relativamente facil ver en la época de celo, que comprende dependiendo de las regiones los meses de junio y julio y a veces principios de agosto pero dependiendo mucho de las temperaturas de dicha época. Una vez recuerdo haber escuchado decir a un guarda de una reserva de caza que el celo del corzo en su región duraba horas (tal vez exageraba) pero no deja de ser una curiosidad mas. Estas dos especies dado su reducido tamaño han ocupado un nicho ecológico que no tiene competencia en ninguno de los dos casos. Claro está que no es lo mismo ser un antílope en África dada la gran cantidad de depredadores que alli exiten que un corzo en la península ibérica donde el único depredador es el hombre. En el caso de la Dik Dik es curioso como su adaptación al medio le hizo poder tener un hábitat donde los depredarores sufren para hacerse con una presa. Las zonas boscosas (sabana africana) donde este animal vive son muy tupidas de vegetación, intransitables para depredarores como el león, la hiena, el guepardo o chita y sin embargo es donde mejor se desenvuelve otro de los grandes felinos africanos también trofeo codiciado (yo nunca metaria un felino) el leopardo. Pero el Dik Dik no solo tiene que hacer frente al leopardo sino que sus enemigos también se encuentran en los árboles, los babuinos que también se alimentan de crias de otros antílopes y de cualquier ejemplar de Dik Dik que se ponga a su alcance.


No por su rareza sino por su extremada dificultad a la hora de dar con él, si algún día pudiera si me gustaría intentar cazar un Dik Dik, aunque como otras muchas cosas quedará en mi glosario de sueños cinegéticos sin realizar.

17 julio 2007

El carnero de Marco Polo





Para la mayoría de la gente este título no significará absolutamente nada o incluso pueda llegar a ser chistoso, ya que el carnero de Marco Polo es un animal bastante desconocido para el público en general. Si bien cada vez está mas de moda la caza fuera de nuestro pais, motivado por los buenos resultados a un coste mas que asequible y con la oportunidad de cazar especies poco comunes, hay ciertas zonas, ciertas modalidades y ciertas especies que aún no son frecuentes en los viajes cinegéticos al extranjero. Esta de moda cazar corzos en centro Europa (Austría, Rumanía, Bulgaría, Serbia...) ya que su alta densidad peromite hacer cacerías cómodas (disparando desde el coche practicamente) y con una efectividad muy alta, ya que los animales están muy acostumbrados a la gente, a los coches y a todo eso que sin terminar de asimilarlo supone un alto riesgo para su vida y un tofeo fácil para aquel que elige ese tipo de caza. Que decir de los safaris. Viaje cinegético por excelecia y que cada vez está mas al alcance del resto de mortales que sin ser super millonarios optan por ir a cazar al continente negro, aunque en este caso los precios ya no son tan asequibles sobre todo por todo lo que acompaña un safari (Whitehunter, preparación de trofeos, taxidermia, transporte de los mismos...). También en los últimos tiempos se ha puesto de moda la caza en el continente americano, tanto en Norte Ámerica como en Sur América. En el norte la caza del Lobo, del Oso de Kodiak o el Grizzly, osos polares, Alces, Wapitis, Renos (allí conocidos como Caribues), Bisontes... y en la zona sur son famosas las tiradas de anátidas, tórtolas, palomas y todo tipo de aves sobre todo en Argentina. Pero lo que hoy nos ocupa es un destino mucho mas inusual, mas inóspito, mas remoto, mas perdido, mas difícil y por supuesto mas atractivo, por lo menos para mi, el Carnero de Marco Polo en su región de origen: Tadzhikistan, Kirguizia y China. La primera vez que vi un Marco Polo, por supuesto en foto, era la portada de un libro que sin duda forma parte de cualquier biblioteca cinegética que se precie, Argali. Cacerias de Alta montaña. Este libro de Ricardo Medem (premio Weatherby 1997) cuenta sus andanzas por aquella remota región del planeta en busca de un preciado trofeo, su carnero Marco Polo. Ricardo Meden es un mito en el mundo de la caza, no solo por sus trofeos, sus publicaciones sino por su forma de entender la caza. Es uno de los pocos cazadores que tiene en su haber todos y cada uno de los argalis existentes en el mundo. Pues bien, es foto, del señor Meden sujetando la impresionante cabeza del aquel Marco Polo me gusto, me cautivo y siempre la tengo en mente cuando hablo de caza, de caza de alta montaña y que algún día me gustaría emularle por lo menos en ese lance, el la caza de un Marco Polo. Su dificultad es extrema, ya solo el viaje es una odisea, llegar a un lugar en mitad de la nada, donde las comunicaciones brillan por su ausencia, carreteras que son caminos de cabras, una situación geográfica en plena columna del Himalaya, donde la gente allí no vive, sobrevive con lo poco que ofrece aquella tierra esteril ofrece para ellos y para sus rebaños de Yaks. Por lo que tengo entendido lo que si que es increible y que tan solo por eso merece la pena ir es por su hospitalidad, parece que cuanto menos se tiene, mejor acoge la gente al forastero que visita sus tierras con el ánimo de llevarse algo que solo allí tienen, un Marco Polo. Imagino lo que debe ser llegar allí, convivir con gente que ni entiendes ni te entienden, que te acogen en sus Yurtas humildes pero acogedoras y compartir con ellos una dura jornada de caza tras el preciado trofeo. Por lo que tengo entendido, por lo mucho que leo en revistas y libros especializados sobre el tema, es bastante frecuente hacer disparos a mas de 400 metros a estos animales, ya que su habitat no es mas que desiertos helados, nieves perpetuas y roca madre que aflora por la no presencia de vegetación (imposible a estas altitudes y con esas temperaturas) donde un animal de estas características ve a un cazador a varios cientos de metros y muchas veces un ruido, un mal movimiento o un cambio de aire da al traste con toda una sufrida jornada de acercamiento, con dificultades para andar, para respirar y para todo y si eso ocurre todo nuestro esfuerzo habra sido en vano y el rebaño de argalis o el macho solitario (segun la ocasión) pondrán tierra de por medio como si de un dulce paseo se tratase y se alejarán hasta que nuestra vista no logre distinguir su piel entre blanca y gris clara de la nieve o de la propia roca por donde corren con total agilidad.


Si algún día consigo ir a esta zona del Pamir en búsqueda de mi Marco Polo creo que habría un antes y un después de ese viaje y que posiblemente no fuese el último que hiciese en busca de mas argalis, pero eso si que es un sueño, y posiblemente irrealizable y como tal quedara en mi mente...

13 julio 2007

Mi sueño es África.

Todo cazador tiene un sueño, un trofeo deseado, la cacería perfecta, el tiro perfecto y supongo que para todos los que amamos este deporte África supone el cénit de la caza. Tal vez han pasado ya los mejores años de caza en el continente africano, aquellos años donde la caza abundaba, el precio era asequible y la caza era algo realmente salvaje y cuando me refiero a algo salvaje es eso mismo, algo sin artificio, algo natural, sin adulteración técnica y mucho mas complicada de lo que resulta ahora. Mi padre que nunca deja de sorprenderme en la Venatoria de hace 2 años, cita a la que no faltamos porque siempre tenemos amigos allí con quien reencontrarnos y rememorar los últimos lances cinegéticos de la temporada, se saludó efusivamente con Toni Sanchez Ariño, cosa que me sorprendio y me agradó ya que para cualquier cazador saludar y conocer a este mito de la caza en África es todo un privilegio. Mientras recordaban algunas batallas y Toni nos decía que venía de cazar su elefante número 1033 creo recordar y esto me hizo pensar en todo lo que esos ojos habían debido ver en el continente africano, cuantos lances, cuantos peligros, cuantas aventuras y cuantas alegrías y desilusiones habría vivido allí despues de 40 o mas años trabajando como cazador profesional en África.
Con esta introducción quería hacer entender la dimensión que tiene el pensamiento de la caza en África para cualquier gran aficionado como puedo ser yo. Por medio de mi amigo Paco León con el que solo he tenido la oportunidad de cazar una vez pero prometo que no será la última y que esa tan solo fue la primera de muchas otras jornadas de campo que espero pasar con él, mas que nunca veo la posibilidad palpable de conocer África desde el punto de vista que me gustaría a mi conocerla, los safaris. Si bien ser cazador profesional está al alcance de unos pocos elegidos y que sinceramente creo que eso se nace y no se hace, porque son gente con un don especial para ello, el poder dedicarse a algo relacionado con la caza, en este caso como Paco, a organizar safaris, es también algo envidiable. Dentro de poquito va de nuevo para allá, como comentabamos ayer, como el que se va a veranear al mediterraneo. En su caso va 15 días de trabajo por safari y otros 15 días de ocio puro y duro. El tener la oportunidad de conocer esos paises desde dentro, con gente de allí, mezclarse con ellos, convivir con ellos, entender su vida y compartirla debe ser algo emocionante. En su blog en el que cuenta su experiencia en África, sus aventuras con los miembros Massai que tiene la gran suerte de conocer, el hecho de haber pasado noches a la intemperie con el ruido salvaje de la selva, de la auténtica selva donde los leones cazan y tu puedes ser una de las presas... Esas sensaciones son por las que yo y supongo que otros muchos envidiamos a la gente que tiene la oportunidad de vivir así.
Lo que si que tengo claro es que si algún día tengo la mínima oportunidad de hacer un safari lo haré, no me planteo hacerme los 5 grandes ni mucho menos, pero si ver la caza allí, poder contar algún día a mi gente, yo estuve en África y realicé mi sueño.

12 julio 2007

La canción de tu vida.

Estaba hablando por el msn esta mañana con una amiga y mientras tanto escuchaba música "fresca" como diría mi amigo el Moro, una recopilación de canciones que en un momento u otro han significado algo para mi, o simplemente que me gustan. Es curiosísimo como relacionamos lugares, momentos o personas con la música. Quién no tiene una cancíon que le recuerda a un buen momento de su vida, a una persona que significa algo para él o a un lugar en concreto donde la ha escuchado. A mi personalmente me pasa muy amenudo, ciertas canciones me recuerdan a mi infancía, a algún evento, a algún programa de televisión, a algún viaje. Por ejemplo, y una lástima que mi amigo paco no tenga internet y nunca lea esto, si él y yo nos montamos en el coche, sea el suyo, el mio o cualquiera y escuchamos una canción de Tears For Fears se nos viene a la memoria una tarde, de hace muchos años, unos 12 o 13 en la que como no estábamos en La Cabrera y no estábamos aburridos, cosa extraña en nosotros, total, que cogimos su Renault 18 que para nosotros siempre será el Calamar (por el chorro de humo negro que desprendía su tubo de escape) y decidimos salir a dar una vuelta, y joder que vuelta dimos, subimos y bajamos 3 de los mas importantes puertos de la comunidad, merendamos en Rascafría unos croissants rellenos de chocolate, luego comimos un bocadillo en el alto del puerto de Navacerrada donde por cierto hacia un frio de escandalo. Total que llegamos a casa sobre las 10:30 de la noche, despues de cerca de 250 km. y sin saber muy bien porqué habiamos hecho esa peregrinación. Otra canción que recuerdo es por ejemplo Love Will Keep Us Alive que sonaba una noche del mes de mayo de hace ya bastantes años cuando Bea y yo nos besamos por primera vez en su Renault 5 en la puerta de mi casa sobre las 4:30 de la mañana mas o menos. Otra cancíon que me trae buenos recuerdos de la niñez es Sunday Bloody Sunday, que me recuerda mi primer viaje largo con el colegio, a Andorra y donde nos lo pasamos de vicio y donde me compré mi primer par de zapatillas de basket de calidad, unas Nike Air Force rojas y blancas. No podría faltar Phil Collins y su Another Day In Paradise que siempre me recuerda a ese año 1989 (manda huevos) en la sala de dibujo de mi colegio, donde la escuche por primera vez y donde Phill caló hondo en mi corazón. Era en las clases de dibujo en las que nos dejaban los curas estar en clase con el Walkman puesto y claro, alguna vez pasaba que alguien te llamaba y tu contestabas creyendo que hablabas bajito y como te oias con los cascos gritabas, y a la calle que ibas como es normal. Otra gran canción es Faith de George Michael que a mi personalmente cuando suena me recuerda a Cerca De Las Estrellas, el primer programa exclusivamente de NBA que entro en españa de la mano de Ramón Trecet y que sirvio a tantos de nuestra generación para engancharnos al basket. De ese mismo programa dos canciones mas siempre las tengo en mi mente unidas a sendos reportages monográficos de 2 jugadores, uno James Worthy (nº 42 de los Lakers) del que se hizo un reportaje con una canción de Steve Winwood titulada Valerie y otro reportaje dedicado a Earving "Magic" Jonhson con una canción de A-HA titulada Take On Me. También recuerdo ahora una canción que hace un par de años se volvió a poner de moda que era La Bola De Cristal de Alaska, que a mi me traer recuerdos de los sábados por la mañana cuando mi hermano mayor nos llevaba a Catequesis (yo hice la comunión con mi hermano pequeño). Esta vez no una canción sino una composición de música clásica, el otoño de Vivaldi me recuerda a la primera vez que subíamos a La Cabrera desde que mi tio Sebastian (el marido de la hermana de mi abuela que ha sido para mi y para mis hermanos el abuelo que nunca tuvimos), este recuerdo la verdad es que es curioso porque recuerdo perfectamente el momento como si fuese una foto, rodeada de la lógica tristeza de cuando muere un ser querido y sobre todo porque eres demasiado pequeño para entender lo que pasa. Hay una canción de Elvis Presley que se llama Fever y que marcó de lleno la primera de las Fiestas Drestoy que celebramos en La Cabrera y os preguntareis por qué, pero algunas personas que leen este blog estaban allí y lo saben. Ibamos bastante borrachos, algunos mas que otros y de nuestro grupo hay dos individuos que tocan la guitarra bastante bien y al ritmo de Fever empezamos a hacer rimas con historias que se nos iban ocurriendo y claro, fue el descojono, que por cierto todo estaba grabado en video pero el individuo que entró en mi casa cuando mis hermanos estaban durmiendo y se llevo un cacho de queso, 2000 pesetas de las de antes, unas zapatillas Nike de mi hermano Alfonso y la cámara de paco con la que se grabó todo esto y lamentablemente nunca se recuperó (será hijo puta el julianin, de niños jugabamos juntos y luego nos roba, que mamón).
En fín, no se puede entender la vida sin la música. La música despierta en nosotros sentiemientos, sensibilidades y ayuda a fijar recuerdos y por eso debemos estar agradecidos a ella.

11 julio 2007

Un día cualquiera.

Ya podía ser el dia de la semana que fuese que para nosotros no cambiaba, rutina variable como podríamos llamarla. Asi eran los días de verano cuando nos pasábamos casi 3 meses en La Cabrera. Levantarte a las 11, desayunar, y por ejemplo, jugar al tenis, al basket, o hacernos unos kilometritos en bici. Luego llega una decisión dificil de tomar, ¿en que piscina nos bañamos?, ¿ la de elena, patricia y alfredo, toño, caparros, kike, natalia, o porque no en el propio pantano? Cuantas veces hemos llegado al pantano, a zonas un tanto escondidas y nos hemos quitado los malliots completamente empapados en sudor y nos hemos dado un chapuzón en pelotas, como dios manda. Después comer, siesta y otra cosa, si habíamos hecho ciclismo por la mañana por la tarde basket o futbol, o tenis, lo que se pudiera, hasta bien tarde, sobre las 9:30 o así y después a salir un ratillo a tomar algo, que siempre se comvertía en las 3 o las 4 de la mañana, con mas de una copa encima y preparando que íbamos a hacer el día siguiente. Muchos días esta salida nocturna era simplemente a alguno de los garitos que había en la La Cabrera y que actualmente han cambiado de nombre pero que siguen igual, y otros días comprábamos la bebida (botellón de antes, ahora y siempre) y nos íbamos a 3 sitios normalmente, las pilatas (una zona de la dehesa con grandes rocas graníticas y donde mas de uno se perdía en compañia de alguna o alguno para hacer yo que se el que...), la mata de la zorrera (conocido así por los lugareños y no se porqué, porque ni hay zorros ni matas, es solo piedra y mas piedra) y por último una zona que no tiene nombre pero que todos sabíamos como llegar, cerca de la casa de Raquel "la bruja", una de las tías del grupo con la que yo tenía buena amistad. Esas eran las opciones y poco mas, pero desde luego no faltaba nunca la diversión, alguna cagada por parte de alguno que nos hacía meternos en algún que otro problema y bueno, mas de una amiga que se ponía un poquito mal con el alcohol y que luego nos hacía pasar una odisea para hacerla llegar a su casa. Todo esto en moto, sobre todo vespinos, ya que no teniamos coches, ni edad para tenerlos, vespinos y alguna motillo que se salía de lo común como la mía, que heredé de mi hermano alfonso y que los cabrones de mis amigos bautizaron como ZZ Pinza, ya que para arrancarla era fundamental cebar el carburador y yo como soy muy fino aunque el olor de la gasolina me encanta, coloqué en el chasis (si es que esa moto tenía chasis cosa que dudo) una pinza de la ropa de la que me servía para cebar el citado carburador y claro, eso resulto ser la coña de todo el grupo cuando veían mi moto, cosa que a mi me la traia al fresco ya que me llevaba, me traia y me daba esa ansiada libertad que todos los jóvenes queremos tener con nuestro propio vehículo y mirar si era así que yo creo que mi pasión por las motos nació en el mismo momento en el que pude tener mi propia libertad y no tener que depender de nadia. A base de tener trastos de estos, mi hermano, paco y yo nos volvimos verdaderos expertos en mecánica de vespinos, siendo un autentico taller de reparación para todas las niñas del grupo que tenían algun percance con el vespino (cosa bastante habitual dada la poca destreza de algunas de mis amigas conduciendo motillos). No teníamos momentos para aburrirnos, cuando nos juntábamos por la noche y nos poníamos a recordar las cosas del día nos partiamos de risa, y organizábamos lo que íbamos a hacer al dia siguiente y como a muchos y muchas de los del grupo no les molaba mucho el deporte (nosotros eramos un poquito enfermos) también variábamos para que puedieramos hacer cosas juntos, por ejemplo, una ruta por el pico de la miel, un poco de espeleologia en las famosas cuevas del reguerillo (grandes momentos hemos pasado allí dentro), un chapuzón en el pantano, unas piragüas en Cervera de Buitrago, una pocha a 5000 en casa de alguno o alguna fiesta en casa de alguno del grupo que se quedaba sin padres y había que aprovechar.
Muchas cosas que por desgracía ya no hacemos, porque cada uno tiene sus vidas, sus problemas, sus historias y los camimos de todos que antes confluían en un mismo punto y ese punto era La Cabrera, el verano y los fines de semana se ha disipado en el tiempo, quedando algún relicto en algún día que nos juntamos en verano 7 u 8 del grupo que nos parece una barbaridad cuando lo normal era que estuviesemos unos 40 o 50, pero esto es lo malo que tiene ir haciendose mayor, que ahora puedes hacer cosas que antes querías hacer y no podías y ahora quieres hacer cosas que antes podías hacer y que ahora no puedes. Supongo que cuando estás en esa época piensas que estas cosas no pasan, que no cambian, que todo seguirá igual y que la gente con la que te pasas horas y horas, días y días durante años seguirán estando ahí y por desgracia no es así. Ahora el tiempo se reduce, el grupo de amigos también (yo la verdad es que de eso no me puedo quejar ya que tengo gran facilidad para hacer amistades sobre todo con el basket) y lo que debemos hacer es aprovechar cada uno de los instantes que tenemos para pasar con todos aquellos a los que queremos, a los que necesitamos y que significan algo para nosotros en nuestras vidas.

10 julio 2007

La Cabrera, mi propio paraiso.

La Cabrera es sin lugar a duda el lugar que mejores recuerdos me trae de mi juventud (aun no extingida pero si acabandose). Allí posiblemente halla pasado mas o menos unos 70 meses de mi vida, que no es poco tiempo, si tenemos en cuenta que desde que nací hasta escasamente 3 años pasaba allí de 2 a 3 meses en verano y muchos fines de semana y navidades. Por lo tanto es un sitio al que tengo cierta querencia (como si de un animal salvaje me tratase), allí siempre vuelvo, allí siempre voy y allí creo que siempre estaré, es mas es posible que en mis últimas voluntades proponga como lugar de esparcimiento de mis cenizas el Pico de Miel, si es que por aquellos entonces hay alguien que tenga las susficientes fuerzas y ganas como para subir mis restos hasta la cima y dejar que el viento los lleve a formar parte de ese paisaje que tantas y tantas veces he mirado, recorrido y disfrutado. Cuando hace ahora casi 3 años de mi comienzo laboral en La Cabrera recuerdo cuando Luis Clemente, personaje que sin duda une dos de los elementos mas importantes que hay en mi vida que son mi colegio Fundación Caldeiro y la propia Cabrera, me llevo a mi primer despacho, donde iba a desarrollar mi labor como técnico de turismo para el municipio de La Cabrera y al contemplar las vistas que podía ver desde mi ventana me sentía un auténtico privilegiado y mucho mas cuando me asignaron poco despues el despacho de dirección del Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga, edificio en el que actualmente sigo trabajando. La panorámica era espectacular, la montaña, el pico de la miel a tan solo unos cientos de metros de mi ventana. Unos días esa montaña no se veía por la niebla pero sabía que estaba ahí, otros días totalmente cubierta de nieve parecía un coloso alpino aunque de escasos 1335 m. Los días de lluvía cada uno de los resquicios en los que el musgo ha logrado aferrarse a la roca aparecen unos tapices verdes de una belleza sobrecogedora y en los días de sol y calor, no faltan los intrépidos montañeros que disfrutan a su manera de la naturaleza en la soledad, aunque en ocasiones halla que hacer cola para iniciar la ascensión de cualquier vía. Por tanto soy un privilegiado, incluso a la hora de dormir, ya que desde mi cama, y tumbado tango la gran suerte de poder contemplar las estrellas y la cima del pico de la miel, o mas bien es ella la que me observa a mi, impasible, tranquila, eterna como la gran montaña que es. Ahora, todos los días dedico alguna mirada a mi montaña, a mi sierra, y también a sus hermanas pequeñas, las atalayas, que fueron en muchas ocasiones lugar de batallas, reuniones, aventuras y desventuras cuando eramos pequeños, a cuyo pie llegábamos sin mucha dificultad en bici, podíamos dejar las bicis tiradas en cualquier sitio que cuando volviesemos sabíamos que iban a estar ahí (ahora de eso no estoy tan seguro). De todas ellas solo recuerdo bien la última vez que estuve, que fue con mi hermano Alfonso, hace mas o menos 10 años, tal vez alguno mas, y nos fuimos un atardecer con los prismáticos a ver si con la llegada del celo del Corzo, abundante en la zona, éramos capaces de ver algún ejemplar, y no fue así, pero si que pudimos disfrutar de un atardecer y un posterior anochecer a nuestras espaldas como tantas veces nos había pasado cuando eramos niños que se nos hacía de noche casi sin darnos cuenta y la vuelta a casa por tanto estaba próxima. Ahora se me viene a la memoría una de las tantas veces que hemos subido a la montaña a hacer un recorrido muy bonito desde el pico de la miel hasta el cancho y como mi amigo paco y yo siempre íbamos en manga larga y con guantes de jardinero cuando comenzábamos a ascender y muchos de los que nos acompañaron alguna vez a esta ruta se reian pensando en el calor que pasaríamos y en lo delicadas que tendríamos que tener las manos para usar guantes y al cabo de unos 15 minutos todos preguntaban si teníamos alguna manga larga para evitar los pinchazos, los insectos, para no quedarse pegado a alguna jara pringosa (cistus ladanifer... jajajaja me sale la vena biogeográfica) o unos guantes para protegerse las manos a lo que sea cuando te escurres y ves que te puedes ir para abajo y las manos se aferran a lo primero que encuentran, ya sea una zarza, una jara, un escaramujo o un bonito torvisco. En fin, en la montaña la experiencia es un punto a favor, aunque sea en ésta, tan solo un aprendiz de montaña por sus cortas dimensiones. También recuerdo con cierta sonrisa como alguna de las chicas que nos acompañaban, ahora grandes amigas como Elena, Arancha, Nuria no ponían ningún tipo de problema a que le pusieras las manos en el culo con tal de que no se fuesen a caer y claro, nosotros como buenos caballeros que eramos y somos lo hacíamos sin ningún tipo de problema esta claro, pero también sin ningún tipo de maldaz. Creo que mañana volveré a escribir sobre esto y narraré con detalle como eran los preparativos para pasar un día en la montaña, que comida llevabamos, que cantidad de agua, como lo preparábamos y lo bien que lo pasábamos haciendo estas cosas. Por hoy nada mas.

04 julio 2007

TATI

No quería dejar pasar la ocasión de felicitar a uno de mis sobris, TATI, o también conocido como Santiago. Un crack, un jugón, un mamón de mucho cuidado y con mas peligro que un mono con un serrucho. En fin, es un bicho pero lo quiero igual. Un besote para él.

Aventuras en la gran ciudad

No han sido pocas las ocasiones que he tenido algún percance con el coche o con la moto y que me he quedado tirado como una colilla por esta inmensa urbe que es Madrid. La última fue el lunes, avería en el Mercedes en la bomba del agua, una avería barata pero molesta. Como son las cosas, nos ibamos a montar en el coche de diego cuando le dije, venga, dejalo y vamos en el mio y lo llevas tú, y hasta casa de Angelita todo muy bien, pero fue como si el Mercedes no quisiera despedirse de esa forma repentina y tristona de Ángela y 200 m. mas allá de su casa dice, hasta aqui hemos llegado. En fin cosas que pasan. Recuerdo mi primera vez... pero me refiero a la que me quedé tirado con un coche no penseis mal. En el punte de ventas, con el BX de mi padre, de pronto, se me cala y ya no arranca, monte un atasco de la leche en el punte de Ventas, vino la grua, lo llevamos al taller y en la puerta del taller el coche arranca a la primera, menuda cara de capullo se me quedó, pero bueno, cosas que pasan. Otra vez me quede sin gasolina en la M-30 a las 3:30 de la mañana, y tuvo que ir bea a por gasolina y darmela para poder llegar a casa, madre mía, que vergüenza, pasó la policía por delante mía y ni se molesto en parar. Otro día con el Golf GL de unos 3 millones de años que teníamos para los 3 hermanos me quedé sin batería en la calle Torrelaguna, eso fue facil de solucionar, unas pinzas y listo. Con la tontería han sido varias las peripecías con el coche, por no contar las 2 veces que rompí el depresor del aceite en la increible Bala amarilla ( Moto Guzzi NTX 650), una de ellas en la vaguada y la otra en la calle Nuñez de Balboa con Jorge Juan, una día se me cayó un chiclé del carburador en la bandeja del carburador y cuando lo abro y lo veo no me lo creía y me dice el mecánico que es una cosa muy normal en las Guzzis (madre mía) y la ultima de todas fue mi vuelo sin paracaidas al toparme con una puerta mal abierta por una mujer de la que no voy a decir mas adjetivos que mancharían mi blog. Así se puede comprobar que tengo experiencia en esto de las averías con todo tipo de aparatos con motor, y espero que la siga teniendo porque eso indicará que sigo pululando por la gran ciudad.
Cuando voy con la moto por Madrid siempre pienso que los moteros somos los Gladiadores del Asfalto de las ciudades y que como tales somos rápidos, valientes, duros, estamos a merced de otros y lo que si que damos es mucho espectáculo a esta urbe llamada Madrid.
Pues nada, no tengo nada mas que decir al respecto, espero que tengais mas suerte que yo cuando vayais en moto o en coche, porque ya veis lo que pasa...