Como ya
anuncié en la presentación, los días 6 y 7 de Octubre de 2006 tenía un
permiso de sorteo para la caza a rececho de una hembra de Arruí en Sierra
Espuña, provincia de Murcia. Como casi todas las veces que vas a realizar un
viaje fugaz como este por mucho que te preparas las cosas algo se olvida o
algo pasa, pero bueno, al final todo salió bien. Después de hablar mucho
durante toda la semana anterior de cuando saliamos hacia Murcia, de si me
bajaba a Madrid y como lo ibamos a hacer, resulta que no me doy cuenta que
tengo entrenamiento con mi equipo de niñas. Total que el mismo jueves que
salíamos para Murcia llamo a mi segunda entrenadora, Ana fulgencio, y la digo
que no voy a ir a entrenar, y poco mas que le da un paro cardiaco, ella sola,
ante 20 níñas en su primer año como entrenadora, total, que le pido a mi
amigo Diego que la eche una mano, y él, siempre dispuesto a ayudarme y sobre
todo si es para entrenar con una mujer, me hace el favor de entrenar con
ella, por lo tanto, problema solucionado. Salgo de Tres Cantos, cargado hasta
los topes de cosas sobre las 16:00 h. y bajo a Madrid. Allí sorprendentemente
mi padre no está en la puerta totalmente impaciente para irnos, si no que
está viendo la tele tranquilamente. Bueno, nos ponemos en marcha, cogemos el
todo terreno y ponemos rumbo a Murcia por la R-3, pagando con tarjeta que es
mas rapido. Llegamos a Murcia sobre las 20:00 h. pensabamos que llagariamos
de día y si hubiese sido así hubieramos ido a probar el rifle que no sabíamos
si estaba o no a tiro. Llegamos de noche y nada de esto fue posible.
encontramos nuestro hostal, Los Bartolos para mas señas y la verdad es que no
está nada mal. Yo durante la carrera he dormido en sitios bastante peores que
este. Estaba limpio y con eso basta. Durante todo el camino de ida fue
inestimable la ayuda de nuestro GPS humano, mi hermano Arturo, al que no
llamamos menos de 5 veces para saber por donde teníamos que ir. Bueno una vez
que nos instalamos, bajamos a cenar, cenamos bien, y muy barato y nos fuimos
a dormir. Teníamos que levantarnos a las 6 de la mañana para estar en la
reserva a las 7. Así lo hicimos, y sin problemas pero sin desayunar, llegamos
a la reserva los primeros (que raro). Poco a poco fue llegando gente, 3
guardas y otros 3 cazadores, y a las 8, después de decirnos que ellos no usan
sus coches para cazar, el guarda mas joven, casimiro, se monta con nosotros y
me dice que cargue el rifle que nos ponemos en marcha. Nos encaminamos hacia
una zona que ellos llaman el cerro y no llevábamos ni 10 minutos en el coche
cuando en mitad de la carretera habia parados no menos de 14 guarros,
pequeños esos si, junto a dos guarras mas grandecitas. el guarda me dice que
si quiero matar alguno, ya qu estaban parado y no se movian demasiado, pero
mi padre rapidamente salto diciendo, yo no le dejo que mate un cochino de
esta forma ni de coña, total, que es verdad que no tenian mucha escapatoria y
no merecian la pena, no tenían boca. Luego el guarda nos contó que estos
guarros bajan a comer a un restaurante que hay en la carretera y como el
dueño les da comida, no tienen miedo a la gente (perdidción de los guarros),
asi que tampoco hubiera sido una caza demasiado deportiva. Seguimos nuestro
camino, muchos kilometros por la reserva; hicimos algo que nunca había hecho antes,
pasar por una plantacion de almendrós que estaba roturada, y con nuestro todo
terreno pasamos sin demasiada complicación, ya que desde mayo allí no llueve
nada. Seguimos el rececho, paramos varias veces a ver ciertos testeros, en
los que según el guarda, los Arruís tienen cerencia y vemos algún rebaño a lo
lejos, pero nada que estuviera a tiro ni que al guarda le pareciera
interesante. Como a la hora de comenzar el rececho paramos el coche y nos
bajamos y el guarda me dice que coja el rifle y que le siga. Pasamo por un
terreno muy difícil de andar y ahí veo el primer Arruí de cerca de la
jornada. Un animal poderoso fisicamente, éste era un macho joven y sobre todo
me sorprendió su agilidad para moverse en ese terreno. Luego al final de la
jornada recordé que este grupo, al que nuestra presencia hizo desplazarse en
pocos minutos una cantidad de terreno sorprendente, sería en el que estaba mi
trofeo. El guarda nos dijo que seguiriamos a delante, que habría mas
oportunidades. Volvimos al coche y proseguimos la marcha. Nos cruzamos al
poco tiempo con un guarda y 2 cazadores que cazaban fuera de la Reserva, en
una finca particular, pero que linda con la reserva (sin alambrada por
cierto) y despues de intercambiar unas palabras, decidimos dar la vuelta y
iniciar lo que a la postre sería el rececho definitivo. El guarda indicó a mi
padre que bajara por un camino (por llamarlo de alguna forma) y que tuviese
cuidado que era una pendiente pornunciada, vaya si lo era. Bajamos no sin
dificultad y yo solo pensaba en la subida, que desde luego yo, no haría nunca
conduciendo. Bajamos, escondemos bien el coche ya que estamos en una zona
limítrofe de la Reserva y el guarda con estas palabras me da a entender que
vamos a andar un ratito: "coge todo lo que necesites, balas, camara de
fotos y todo por si acaso". Me preparo, me decanto por el sombrero de
cuero de ala ancha que le regalamos a mi padre hace ya algún tiempo y que por
cierto no se si estrené, me quité el jersey ya que eran las 9:30 pero el
calor se podía adivinar que no tardaría en llegar y menos al ponerse en
marcha y aquí empieza lo que para mi ha sido el rececho mas duro de toda mi
vida (hasta la fecha). El terreno no ayuda a andar, piedras sueltas, suelo
muy seco y matorral bajo (esparteras la mayoría). Bajamos una primera loma,
donde dejamos el coche, mas o menos unos 20 minutos de bajada, llegando hasta
el mismo cauce de la rambla (seca desde hacia bastante tiempo) y recorrimos
la rambla hacia la zona donde sabíamos que habíamos molestado al rebaño que
vimos desde la carretera. Efectivamente allí no estaban, pero había huellas
claras de escrementos y de pisadas que nos hacian pensar que no hacia mucho
que habían pasado por allí. Nos disponemos a seguirlas, y las huellas nos
guian hacia arriba. Desde lo mas profundo del valle subimos ladera arriba,
haciendo 2 paradas para que mi corazón pudiera volver a latir con normalidad
(posiblemente llegué a 200 pulsaciones). En cada parada charlamos de caza,
intercambiando pareceres, anécdotas y sobre todo, escuchaba al guardia que
sabía muy bien lo que estaba haciendo. Cuando hacemos cima, vemos que los
rastros persisten y que se encaminan hacia la siguiente sierra. Eso me hizo
pensar en que el cansancio físico lo mismo me jugaba una mala pasada y que
podría tener compliaciones a la hora de tirar pero bueno, seguimos a delante.
Primero descendemos y luego volvemos a ascender y cada vez el rastro es mas
fresco, con lo que parece que vamos muy cerca del rebaño. Por fin alcanzamos
una zona donde andar resulta agradable ya que la pendiente se rebaja y mi
corazón comienza poco a poco a bajar de pulsaciones. Al poco de alcanzar la
cima nos damos de frente con el rebaño. Estaban a nuestra derecha y mas o
menos iban a cruzar por delante nuestro como a 130 m. mas o menos. Pasarón
despacio, y tuvimos las suerte que justo enfrete nuestro se pararon bastante
rato. Tuve dentro del visor a muchos bichos pero sobre todo tuve la
oportunidad de ver una pelea de dos machos que estuvo emocionante (estan en
un celo poco acentuado por la falta de agua). Poco a poco el guarda iba
seleccionando y me dijo que nada de lo que estaba a tiro entraba dentro del
permiso. Entonces esperamos a que pasara el rebaño y como teniamos bien el
aire hicimos una nueva tentativa mas a nuestra izquierda. Efectivamente volvimos
a tener todo el rebaño delante pero esta vez un macho joven nos vio y eso no
hizo que el rebaño se asustara, pero no pararon como en la anterior ocasión.
Estaban todas en movimiento y lo peor es que se dirigian a una zona que si
los cerros que hasta ahora habíamos andado parecían duros, estos eran...
Total que el guarda se incorpora, y avanzamos un poco mas, y yo que estaba a
la izquierda del guarda le indico que si ve a 3 ejemplares que se quedan
rezagados, el me dice que no, y se mueve un poco mas a su derecha y entonces
los ve con sus prismáticos. Los observa durante unos segundos y me dice que
si quiero puedo tirar al que se encuentra mas a la derecha. Yo le veia bíen
pero no estaba del todo cruzado, me daba un poco el culo, pero aún así, me
puse rodilla en tierra, le meti en el visor y le solté el zambombazo. Se oye
el tiro y yo por el visor veo que el ejemplar se derrumba sin moverse ni un
centimetro. Alegría controlada, el guarda me felicita, me dice: "joder,
que cojones tienes, menudo tiro le has dao", la verdad es que el tiro
fue preciso y efectivo. Esperamos un rato a que el resto del rebaño
desapareciara y poco a poco nos fuimos acercando a nuestra pieza. De camino
hacia mi Arruí me dio tiempo a fotografiar al rebaño dos veces, pero siempre
a contra luz, pero fue curioso como no se fueron muy lejos de la presencia de
su compañero abatido. Cuando llegamos a nuestro trofeo nos felicitamos de
nuevo y grande fue nuestra sorpresa que todo el rebaño se encontraba parado
justo en la cima del testero donde estabamos nosotros y se dieron la vuelta y
cruzaron por delante nuestra, a escasos 30 metros, volviendo sobre sus
propios pasos como si se mostrasen amenazantes. Fue un momento muy bonito y
que pocas veces volveré a vivir. Comenzamos el ritual de la foto, que por
poco no la hago por falta de pilas y el despieze del animal, y cuando
estabamos listos, comenzamos nuestro viaje de vuelta al coche que se me hizo
mas corto de lo que me esperaba, eso si, paramos 2 veces a descansar y a
charlar un rato. Cuando llegamos al coche, mi padre que estaba esperandonos
nos felicitó y nos montamos en el coche para ir a tomar un merecido almuerzo
con el resto de guardas y cazadores. Al llegar al bar donde paramos asistimos
a lo que el guarda nos contó sobre los cochinos a los que pudimos tirar y no
tiramos, ahi teniamos, delante del bar a un machete, de unos 35 kilos,
comiendo placidamente y junto al cual que hice una foto que mostraré si puedo
en este espacio. Después del merecido almuerzo comenzó un viaje de retorno del
que cabe destacar la vuelta absurda por Alicante que dimos, vi el mar y luego
me dirigí hacia Albacete llegando a Madrid sobre las 20:00h. mas o menos sin
ninguna incidencia. Esto fue mi ultimo rececho.
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