Caza, pesca, naturaleza y vida

06 febrero 2008

Las montañas nevadas.

El martes cuando me dirigía al trabajo, reparé en algo que había visto muchas veces pero que hasta ayer no atrajo mi atención y por eso escribo sobre ello. La montaña es mas montaña si está nevada. Yo que he tenido la oportunidad de contemplar la gran mayoría de las cumbres de nuestro país y digo país y no península ya que las montañas insulares también las he contemplado y en algún caso recorrido, cambian mucho dependiendo de la época del año en que se visiten. De esto se ocupa la fenología. Es impresionante como una montaña cambía su aspecto, como se disfraza cuando a ella llegan las nieves para acompañarla en la fría soledad del invierno. Casi todos los años la mayoria de las cumbres reciben al menos dos fuertes nevadas enla zona de Madrid, una suele darse entre diciembre y comienzos de enero y la otra suele ser a finales de febrero incluso ya entrando en marzo. No hace demasiado que nos acordábamos mi amigo paco y yo de una nevada que cayó en La Cabrera a finales de abril, nos sorprendio a todos. Estas nevadas hacen que la sierra no parezca la sierra, sino que el paisaje toma un ambiente pirenaico o incluso alpino, dependiendo de las zonas. Esto viene dado por la variedad de morfologías de las que podemos disfrutar en la Sierra de Madrid. Son dos elementos básicos los que conforman la sierra de Madrid, los Montes Carpetanos y la Cuerda Larga, y junto a ellos innumerables ramales que hacen de nuestra sierra un pequeño enclave montañoso digno de estudio, contemplación y disfrute. Esto que parece algo moderno, algo innovador, lleva haciéndose mas de un siglo en el caso de la Sierra de Madrid, hasta entonces una gran desconocida, pero su atractivo, su belleza, su inaccesibilidad, hicieron de esta zona un punto referente para los excursionistas pioneros que fueron el caldo de cultivo de los mantañeros, escaladores y excursionistas de nuestros días. Recuerdo haber visto en algunas exposiciones sobre la sierra, fotos en diferentes épocas del año, y sin duda, aquellas en las que la nieve hace presencia son las mas bellas, pero tambíen nos hablan de lo dura y recia que puede llegar a ser la montaña en esas condiciones. Yo he recorrido pocas veces la montaña en pleno temporal, tan solo 2 o 3 veces, pero es duro, muy duro, aunque eso sí, nos hace comprender que en esos medios nosotros somos unos intrusos y no somos los que marcamos las reglas, son la montaña y la climatología las que controlan el medio.