Caza, pesca, naturaleza y vida

29 agosto 2007

Esperas en Almansa

Bueno, por lo que parece el próximodía 15 de Septiembre volveremos a ir de espera a Almansa con los amigos de mi padre. La verdad es que estoy emocionado, porque es un tipo de caza que me encanta, no solo por su dificultad, sino por su capacidad de sorpresa, nunca sabes lo que puede ocurrir. Además por lo que parece el día 26 de Octubre repetiremos, y ahí si que podríamos tener suerte ya que hay luna llena y será una gran oportunidad para poder realizar mi sueño, cazar un jabalí en una espera. Esta entrada tan solo es un avance, ire contando los preparativos en días sucesivos.

20 agosto 2007

Un buitre en mi casa.


Puede que después de tantos años en La Cabrera todavía ocurran cosas que nos puedan sorprender. Recuerdo que hace ya muchos años, estan bañándonos en casa de Federico una serie de buitres comenzaron a sobrevolar de una forma un tanto extraña la casa y que estó motivo que los niños pequeños Juanjo, hijo de Federico, supongo que por instinto ante algo que no es normal, se refugiaran en casa pensando que los buitres podrían atacar. Los buitres son animales carroñeros, por tanto no cazan su comida, aunque en algunos casos se ha demostrado que el buitre negro si ha llegado a cazar a sus presas en situaciones de hambruna, por tanto el temor era innecesario pero es que es un animal que impone mucho respeto. Pues bien, de esto hace ya muchos años y cierto es que en varias ocasiones este año he comentado que por la zona de la sierra de Madrid las aves rapaces han incrementado su población de un forma espectacular y que no hace mas de un mes y medio vi una escena que nunca había visto desde aquel día en la piscina de Federico, un buitre prácticamente a la altura de mi cabeza y eso que iba en moto. Su envergadura era espectacular, ocurrio en el carril de incorporación a la autovía desde la salida 57 a la A1 desde La Cabrera. Pude verlo a escasos 10 metros de mi, una bonita estampa, pero eso si, mas cerca lo pude ver el viernes pasado, cuando mi amigo Isidro me llama al movil y me dice que tengo un buitre en el chalet de al lado. Me acerco con el movil a la valla, y efectivamente ahí está, intentando entrar en mi parcela, y de un salto se sube al tejado de mi garaje, le sigo observando, es enorme, se gira hacia mi y desplega las alas y se dirige hacia mi posición, yo me quedo alucinado y me protejo al otro lado de la valla de la piscina aunque vista la capacidad de salto del bicho la protección es nula. El animal se dirige hacia la puerta principal del chalet. Allí, una vez que se para, mi hermano Alfonso y yo lo cubrimos con unas mantas para que se tranquilice. El animalito se tranquiliza pero solo unos minutos, se revuelve y se quita las mantas y en un momento dado, al descubierto, despliega sus alas y se coloca en posición amenazante y hace una especie de ataque desesperado hacia nosotros que somos los intrusos aunque lo que tratamos es mas que nada de protegerlo. Con ese ataque y fijándose mas en en mi hermano que en nadie comienza a desplazarse de una forma torpe pero atemorizante y mi hermano no tiene mas remedio que salir corriendo al igual que yo y refugiarnos en la casa y el buitre en su aventura hizo lo mejor para todos, meterse en el garaje y allí, una vez que le localizo ya que le habíamos perdido la pista por unos instantes decidimos cerrar la puerta y esperar la ayuda para su traslado. Tardó mucho, demasiado desde mi punto de vista, llegaron a las 12:30 pasadas pero por fin, los chicos de GREFA llegan con una jaula increiblemente grande para hacerse con el buitre mientras me comentan que estos buitres que salvan después de caerse del nido (no es que se caigan, sino que vuelan por primera vez desde muy alto y tan solo con las corrientes son capaces de alejarse mucho de los nidos, pero luego no saben despegar) esta semana llevan 3 recogidos. El proyecto que llevan según nos cuentan trata de introducir el buitre leonado en Sicilia donde hace años que se extinguio. Tal vez sea lo mejor, ya que parece ser que el alimento escasea en la zona y los buitres aumentan su población todos los años. En fin, no sin mucho esfuerzo y valentía consiguen hacerse con el buitre, una vez reducido y controlado, yo soy el único que decide o se atreve a acariciar al animal, que impone, que es enorme y que posiblemente nunca más volveré a tener tan cerca. Esta gente la verdad es que tiene mérito, trabajar para salvar animales, con pocos medios económicos y logísticos y aún así, siguen con ello. Aunque solo sea eso, mi mas sincera enhorabuena a los ecologistas de este tipo, a los activos y los que realmente hacen algo por la naturaleza, no por los ecologistas gilipollas que son anti-todo y no razonan, solo prohiben y se oponen a todo. Para ellos un saludo.

08 agosto 2007

Esperas.


Verano, época de esperas. Al día de hoy tan solo he estado en 2 esperas y ninguna de las dos resultó fructífera desde el punto de vista cinegético pero desde luego la espera en la finca del boticario resultó instructiva, simpática, agradable y desde el punto de vista gastronómico espectacular. Salimos de Madrid despues de comer, a eso de las 3 de la tarde de un día de Septiembre del año pasado. Todo el camino lloviendo, viendo muy posible la opción de no colocarnos en ninguna de las torretas que los dueños de la finca tienen preparadas por la lluvia pero finalmente si que nos pusimos. Llegamos al la casa, probamos los rifles, el mio está a punto, desintegró una botella de agua a unos 100 metros y el boticario hace lo mismo con otra con un rifle espectacular que tiene para hacer esperas con luz de pulsador. Preparamos las cosas para cenar al regreso de nuestra espera y salimos al campo. A mi me ponen en una torre y me dicen que no tire a nada que no sea un jabalí, ya que allí por lo que parece últimamente se han visto algún ejemplar de macho montes que se han escapado de fincas colindantes y tampoco a los venados que haberlos hailos. Nos pusimos, dejo de llover, el tiradero era espectacular, con un buen cebadero a unos 50 metros de mi y eso significaba que pocas oportunidades tenía cualquier bicho que se pasara hacer una visita por el lugar. Pronto se hizo de noche, la noche en el campo impone, da respeto, atemoriza y eso que estás armado. Tal vez eso es lo único que impide que eches a correr en busca de resguardo y de algo de civilización. Cuando la noche se va haciendo mas cerrada la naturaleza comienza a moverse, a demostrarte que tú eres un intruso y que estás a su merced. Insectos, aves nocturnas y mamíferos comienzan su aventura diaría en busca de alimento para poder sobrevivir y es ese el momento de mayor actividad durante una espera y será cuando se presente alguna posibilidad de obtener algún torfeo. En nuestro caso no fue así pero la noche nos guardaba una sorpresa, una maravillosa sorpresa diría yo, la berrea. Eran mediados de septiembre, y según el tiempo, si ha hecho mas frio o menos frio, la berrea en ciertas zonas se puede adelantar. Pues bien, allí parece ser que se había adelantado. En el silencioso ruido de la noche, mientras insectos vuelan, algunos te pica y otros también te pican, algún ave pasa cerca sin que tu vista logre distinguir que es, cuando cualquier ruido un poco especial nos hace imaginar que el jabalí de nuestros sueños ha llegado a nuestro encuentro, todo ese silencio queda roto por el bramido de un ciervo macho. El corazón se encoje, y cuando digo que se encoge es que es verdad, las pulsaciones se disparan a niveles que solo me resulta fácil alcanzar cuando hago algún tipo de deporte de intensidad media alta. Ese grado de excitación viene dado por dos elementos que en una espera se conjugan de forma constante, el no ver que es lo que hace ese ruido y el factor sorpresa. Fue como lo imaginaba, en el silencio, la berrea, el venado en busca de guerra para mantener su harén a salvo, recorre sus dominios en busca de posibles rivales con los que batirse. El primer berrido fue lejano, no por ello dejo de ponerme los pelos de punta, pero el segundo, tan solo unos minutos después fue muy muy cercano, tan cerca que asusta pensar que tienes en algún lugar muy cerca de tí a un animal en pleno frenesí reproductor que no dudaría en hacer lo que fuese con tal de defender lo que es suyo, a sus hembras. Tan solo por ese lance, ya la noche había merecido la pena. Al poco tiempo de escuchar al primer venado, se comenzaron a escuchar réplicas, unas mas cercanas y otras mas lejanas, que dejaban entrever que la densidad de venados era muy óptima en la finca. Mas o menos fue una hora lo que duró ese duelo de gritos y poco a poco se fueron apagando en la noche, cada vez mas cerrada y cada vez mas sileciosa. Cuando regresamos a la casa eran las 12:30 mas o menos, y ahí es cuando empezó la verdadera espera, la cena, con 5 amigos y mi padre. Mi padre durante muchos años me había hablado de lo impresionantemente bueno que estaba un plato típico que hacían en la zona que es el queso frito con tomate, y la verdad, todo lo que mi padre había dicho sobre el mismo, hacia justicia porque estaba exquisito. Durante mas de 2 horas estuvimos comiendo, bebiendo y contando anécdotas de campo como hacen los buenos cazadores (no aquellos que matan mucho son los buenos cazadores, los buenos cazadores son aquellos que tienen historias que contar y amigos para compartirlas). Salimos de la finca a eso de las 2:30 y nos fuimos del tirón hasta Madrid, donde deje a mi padre que vino todo el camino durmiendo y yo luego me fui hasta Tres Cantos donde mi cama me esperaba para soñar con ese jabalí que algún día será mío.