Caza, pesca, naturaleza y vida

15 febrero 2007

La vida es recuerdo

El tiempo hace que tu perspectiva de las cosas mejore. No se si es así verdaderamente o que el tiempo cura todas las heridas por muy profundas que sean. Es curioso que mi película favorita sea Los Inmortales. En esa película, que tal vez me comenzó a gustar en su momento por las máginificas escenas de lucha con espadas fuera de su época correspondiente (dos tios luchando con espadas en New York en los finales de los ochenta es un poco raro), lo mas importante no son las luchas, no es la propia inmortalidad de los protagonistas sino el amor. Uno de los elementos mas importantes de la película es la banda sonora, que por cierto es de Queen y es una obra maestra. El tema central de la peli es "Who want´s to live forever" ("quien quiere vivir para siempre" traducción mas o menos literal del título). Este es el verdadero epicentro de la película, como un hombre que nace a finales del siglo XVIII en las tierras altas, Escocia (como ellos mismos se definen, un Highlander) desde que conoce a su gran y único amor Heather solo vive para y por ella, sin importarle lo que ya sabía, que no podrían estar juntos para siempre puesto que ella moriría en algun momento y él no. En la escena en la que Heather muere, arropada en la cama, al calor del fuego de la casa que habían construido juntos, Connor MacLeod le dice una frase que cada vez que la oigo me emociona. Ella en esa escena ya es mayor, ha envejecido y sin embargo él con su condición de inmortal sigue joven como al principio y ella le dice algo así como que nunca entendí porque no has envejecido como yo y él le contesta que no ha envejecido porque la quiere como el primer día y a eso ella le contesta que ella también y sin embargo había envejecido. Ella muere, él la entierra y quema su casa y acepta su destino con resignación ya que no le queda otro remedio. Cuando se va a producir el combate final en el que solo puede quedar uno, un solo inmortal, los dos contrincantes se reunen en un sitio sagrado, donde está prohibido luchar, en suelo sagrado, en una iglesia. Allí nada mas entrar, mas de 200 años después de su muerte y como había hecho todos los días de su cumpleaños después de su muerte, Connor MacLeod enciende una vela por su Heather. ¿Por un momento os podeis imaginar que fueseis inmortales y que tuvierais que ver morir a todas y cada una de las personas a las que amais? Sería muy duro, tan vez insoportable ¿no?
Es curioso como una película sin mucha repercusión, a mi por lo menos me ha calado de forma profunda. Durante toda la película el mensaje que se repite es que no somos nada sin nuestros recuerdos, la vida es recuerdo. Por un momento podría alguien imaginar que sería de nuestra vida si no tuvieramos recuerdos, si todo aquello que hemos pasado no quedara en nuestra mente. Muchas veces pensamos que los malos recuerdos ojalá desaparecieran de un pluzamo, pero por otra parte, si fuese así perderíamos una parte fundamental de nuestra propia vida. Sin cosas malas, las cosas buenas tal vez no las valorariamos de la misma forma. Con esto entiendo que cuando a cualquiera de nuestros seres queridos le afecta esa enfermedad que por desgracia es tan común hoy en día como es el alzheimer nosotros sufrimos, pero como tiene que ser para la persona que lo sufre no saber a quien quiere, a quien ha querido, a quien echa de menos... No reconocer a los tuyos, tener recuerdos de la niñez como si hubiesen pasado ayer y sin embargo no acordarse de si has comido o no. Desde hace mucho tiempo le tengo miedo, pánico mas bien a esa enfermedad ya que como bien se titula esta entrada la vida es recuerdo.