Sentimientos encontrados
Este blog nación con la idea de plasmar algo que me rondaba por la cabeza hacía tiempo, dejar constancia de pasajes que me ocurren, que vivo, junto a los míos, sobre todo con mi padre y que por una razón o por otra siempre recuerdo y que me gusta tener ahí presentes. Pero hoy tomo una de las palabras que dan título a este blog para contar lo ocurrido este fin de semana, comprendido entre los días 10 y 11 de Febrero en el que han pasado cosas que me merecen por lo menos unas líneas y de ahí que hoy, escriba sobre la VIDA.
Este fin de semana pasado se mezclaron una serie de sentimientos en mi cabeza que han convertido a estos días en una amalgama de pensamientos difíciles de explicar, pero trataré de explicarlos para que los pocos que tienen ocasión de ver este blog entiendan de lo que hablo. El fin de semana para mi empieza el viernes tarde, esta vez con unas jornadas técnicas, osea, entrenando, y como tantas y tantas veces después de estrenar me puse a tirar en la luz, por hacer algo mas deporte del que normalmente hago. Esta vez al haber entrenado antes con parte de mi equipo se quedó conmigo mi segunda entrenadora, Ana, y poco a poco nos empezamos a juntar muchos mas del club, ya que luego los seniors, tanto masculinos como femenino entrenan y en total, estuve por allí como 45 minutos tirando, por cierto bastante mal.
Al finalizar mi sesión que coincide con el comienzo de los entrenamientos de las 9:30 estuve estirando y charlando con Charly, un gran tipo, que siempre me pide consejos y escucha todas mis batallitas de baloncesto y una vez mas estuvimos hablando de su equipo de enanos, del mío, y de las cosas que debíamos o no trabajar. Al terminar de estirar me despido de Charly y me dice que si luego van a hacer algo pues que me llamarán y así fue. Como a las 12:15 de la noche estábamos ya sentados en un garito jugando al cranium y pasándolo bien la verdad. Antes de entrar en el garito habíamos estado hablando sobre nuestro querido Palacios, del que no sabia nada, al que había mandado un mensaje ese mismo día ya que llevaba como 2 semanas sin hablar con él. Sabía que tenía neumonía, me enteré a la salida del partido de Corazonistas el finde anterior, pero vamos, ninguno nos esperábamos levantar con la noticia del sábado por la mañana. Luis había muerto. Como a las 8:30 de la mañana me llegó un mensaje de Buj diciéndomelo y al momento una llamada de Diego. Joder, empezaba bien el sábado, por cierto, el cumpleaños de mi madre. Bueno, sin muchas ganas pero por la profesionalidad que me caracteriza, y esta mal que yo lo diga pero es así, voy a recoger a mi segunda, y claro, me ve un poco jodido, y le cuento lo ocurrido. Nos vamos hasta la luz, un viaje un poco callado, mucho mas callado de lo normal para nosotros, no había ganas de nada. Jugamos, perdimos, estoy durante todo el partido pensando en lo mismo, es difícil concentrarse la verdad. 31 abajo, y vuelta a casa.
En el autobús rompo a llorar, no asumía que un chaval de 21 años hubiera terminado su vida así, tan rápidamente, dejando tantas cosas pendientes, pero la vida es eso, la vida ineludiblemente acaba en la muerte, lo que nos distingue es el como y el cuando. Recuerdo que es el cumpleaños de mi madre y la verdad, no estaba para muchos ánimos para felicitarla, pero siempre me reconforta hablar con con mis padres en momentos malos. Llamo a mi padre y me dice que mi madre esta llorando como una magdalena en la cocina, que es posible que mi prima se hubiera muerto. Joder, aunque parezca mentira, en menos de 4 horas, las dos personas que conocía y que estaban realmente mal habían muerto. Los ojos se me llenan de lágrimas y como si fuese un niño me pongo a llorar, pocas veces por no decir ninguna he sentido eso, en un momento, dos personas habían desaparecido y el vacío que te queda, el desconsuelo, la tristeza, es tan grande que no sabes que pensar. Ana me consolaba diciéndome que es bueno llorar, que por lo menos te desahogas y bueno, en parte tiene razón, sobre todo en una persona como yo que no esta acostumbrado a llorar. Casi todo el viaje venía a mi cabeza un pensamiento, la vida no es justa, pero claro, ya lo sabemos, la vida no es justa, ¿Quién dijo que la vida era justa?, nadie. Luis palacios muere con 21 años, y mi prima con 39, edades muy cortas. Luis deja un gran recuerdo, muchos amigos y un gran vacío, mi prima deja 2 niñas, una de ellas de menos de un mes de vida, a un marido roto y a una familia que por otras razones del pasado nunca fue una familia y que a raíz de su muerte está un poco mas unida.
El sábado por la tarde quedamos la gente del baloncesto para ir al tanatorio a hacer compañía a los padres y hermanos de Luis que estaban asombrosamente enteros y serenos. Los padres conocen tan solo a algunos de los chavales de vista, con ciertos amigos de Luis tienen algo mas de relación como con Kike, con Charly y alguno mas que ha tenido mas contacto en los últimos tiempos con él. A mi no me conocen, pero al cruzarme con su madre le digo quien soy y ella me dice una frase que me deja marcado y que posiblemente no olvidaré nunca, me dice de una forma muy serena que lo que teníamos que hacer ahora era ganar muchos partidos por Luis. Eso me hizo pensar dos cosas, la gran humanidad de una madre que pierde a un hijo y que intenta reconfortar a sus amigos y lo importante que era para Luis el baloncesto.
Del tanatorio yo salí muy tocado pero nuevamente tenia que dirigir un partido, esta vez muy complicado, contra Torrejón y vaya si lo hice, creo que dirigí mi mejor partido de todos los que llevo con el nacional y ganamos, ganamos bien, y al final del partido no pude evitar el sentarme en el banquillo y llorar, llorar pensando en que por lo menos habíamos empezado a cumplir eso que me pidió la madre de Luis, ganar muchos partidos por él. De ahí nos fuimos a Tres Cantos donde toda la gente de nuestro grupo estaba junta, intentando pasar uno de los peores momentos que seguro habían pasado durante sus cortas vidas (al menos mas corta que la mía, que la de Bea o la de Kike) y allí me llevé una gran sorpresa a ver a Alejandro Conde, buen entrenador y mejor persona, al que hacia tiempo que no veía y que también se quiso unir al duelo por Luis, aunque no tuvo gran relación con él, algún poso siempre queda entren un jugador y su entrenador. Pasamos una noche tranquila, charlando, bebiendo algunos mas que otros (Charly y la cerveza...) y nos fuimos a dormir, prontito porque el domingo yo sabía que iba a ser mas duro si cabe que el sábado.
Por la mañana funeral de Luis y por la tarde el funeral de mi prima, a nadie le deseo tener un domingo así. El funeral de Luis fue triste, sobrio, muy sentido y con muchísima gente, que demuestra que algunas personas en poco tiempo hacen mella en la gente y eso se nota. Luis había calado en todos nosotros con su forma de ser, su carácter y su bondad y eso se plasmó en la cantidad de gente que fue a despedirle. Mucha lágrima, mucho desconsuelo, y sobre todo algunos de sus amigos muy emocionados. Estuvimos todos los que teníamos que estar. De ahí nos fuimos a Madrid, a casa de mis padres a "celebrar" el cumpleaños de mi madre. Estábamos como para celebraciones. Eso si, cuando están mis sobrinos, muchos de los pensamientos que te rondan y atormentan se van, desaparecen y eso es algo que logra poca gente, darte serenidad. Esto duró poco ya que a las 6 estábamos ya en el tanatorio de Guadalajara.
Allí, mas sentimientos encontrados, sobre todo uno y ahora que lo he sentido se que es uno de los que mas duele, el tiempo perdido. No tenía mucha relación con mi prima, desde hace años, pero aún así la verdad es que no deja de ser sangre de tu sangre y eso siempre duele. Era la ahijada de mi madre, la mayor de todas mis primas, con la que mejor me llevaba, pero aún así en los últimos años había bajado mucho nuestro contacto. Como será la relación con mis primos que conocí al hijo de una de mis primas el domingo, y tiene 11 años. Mis dos primas y mi primo, los tres hermanos de mi prima me abrazaron como solo abraza alguien que no tiene consuelo, con una tristeza muy profunda reflejada en la cara y siempre con esa sensación de vernos otra vez, en unas circunstancias tan malas y que solo eso podría otra vez unirnos. Así que la situación no es fácil. Mi madre estaba destrozada, y sobre todo por el sentimiento que antes he comentado, el tiempo perdido, esos años, por lo menos 8 en los que no ha tenido ningún tipo de contacto con ella, de hecho, conoció en el funeral de mi tío Rafael que murió en diciembre de 2005 a su hija, con 8 años. Estas cosas pasan en las familias, pero no deberían ocurrir, de verdad.
Mi madre sentía y siente un gran vacío por no haber exprimido al máximo el tiempo con su sobrina favorita, pero la vida es caprichosa, no sabes que puede pasar mañana, esa frase de no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy es una realidad, podríamos usarla como máxima en nuestra vida diaria. No dejes pasar ese momento en el que te acuerdes de alguien y pienses, ya le llamaré, que me llame él a mi, es que siempre le llamo yo, bueno mañana le llamo... No, eso no vale, la vida nos lo enseña todos los días, si te acuerdas de alguien, llámalo, escríbele, vete a verle, si echas de menos a alguien házselo saber, si quieres a alguien díselo o por lo menos demuéstrale siempre que puedas que le quieres, así, de esta forma, nunca quedan cosas por decir, por sentir, por hacer y no tendremos esa sensación de tiempo perdido, de vacío, pensar que tendría que haber hecho..., no, mi padre dice siempre una frase y que resume de forma simple todo esto, yo creí y yo pensé son poca leche. Haz lo que sientas, siente lo que haces, quiere a los que te rodean y vive cada día intensamente, en todo lo que hagas, sea lo que sea y así no tendrás nunca sensaciones de tiempo perdido.
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